Hace unos días, nuestro guía en el mundo del latín, Manuel, pensó que
habíamos pasado demasiado tiempo en clase aprendiendo este idioma mediante
libros y ejercicios. Y, como el latín es una lengua que traspasa fronteras, nos
propuso superar las nuestras propias, como eran el vernos limitados a
comprender una lengua y la cultura que gira en torno a ella entre cuatro
paredes, mediante memorización de gramática y elaboración de ejercicios.
Por ello, decidió proponernos una original actividad para romper con los
esquemas y hacernos comprender en mayor profundidad la sociedad romana, y, más
concretamente, los juegos con los que se divertían los niños romanos...
... y los no tan niños
¿Cómo comenzó todo?
Tenemos que decir que nuestra aventura comenzó debido a que los alumnos
del curso inferior habían realizado una actividad audiovisual en relación al
día de las lenguas en la clase de latín y teníamos un poquito de envidia. Para
poner solución a esto, Manuel nos repartió por parejas una serie de juegos y
métodos para elegir el orden de participación en ellos. Algunos juegos se
realizarían en el interior y otros en el exterior, de esta forma, podríamos
extender la cultura latina por el mundo (y más concretamente por el patio de
nuestro instituto).
¿Quién empieza?
Para determinar el orden de turno en el juego, Marina y yo teníamos que
emplear el "Caput aut Navis" aún conocido hoy en día como cara o
cruz:
Por cada pareja se tirará una moneda al aire que se recogerá antes de
que caiga al suelo sin dejarla ver. Los jugadores eligen "cap" o
"nau" y gana quien lo acierta. El que pierde es eliminado, y se
vuelven a hacer rondas con éstos hasta que el turno de juego queda establecido.
Hay una variedad más original de este juego en la que se tiran dos
monedas al mismo tiempo. Deberán quedar emparejadas, cabeza con cabeza y nave
con nave. Si salen combinadas la tirada es nula.
¡A jugar!
Alba y yo teníamos que preparar el juego llamado"Nummvm
Iactare". Este juego consiste en trazar dos líneas paralelas en el suelo,
con una separación convenida. Los jugadores lanzarán una moneda desde una de
las líneas según el orden ya designado. El objetivo es que la moneda se acerque
lo máximo posible a la otra línea sin traspasarla. Los jugadores pueden
aprovechar su jugada para desplazar las monedas de los adversarios haciendo que
sobrepasen la línea.
Si bien es verdad que en un principio parecía sencillo, su elaboración
se nos complicó bastante. En vez de usar monedas, decidimos usar nueces.
Teniendo en cuenta que gran parte de los otros juegos también necesitaban de
ellas, creemos que dejamos a los supermercados bajo mínimos. Escribimos los
nombres de cada uno de los integrantes de la clase en las nueces (profesor
incluido) para que no se confundiesen cuando se amontonasen después de unas
pocas tiradas.
Sin embargo, solamente un grupo pudo jugar al nummvn iactare, ya que
debido a los factores meteorológicos (lluvia, ejem, ejem) tuvimos que irnos a
una pista bastante alejada del resto de los juegos.
Aún así, quedamos bastante contentas con el resultado, ya que la gente
se divirtió que, después de todo, era el principal objetivo.
¿Y los demás juegos?
Se dividían en juegos de interior y exterior:
En el interior jugamos principalmente a juegos de mesa con un nivel de
concentración impropia en nosotros.
En el exterior los juegos eran de habilidad. En ellos aprendimos que las
nueces tienen muchos más usos de lo que pensábamos.
Fueron dos días muy divertidos que nos sirvieron para desconectar un
poco de la rutina y nos permitieron disfrutar mientras que aprendíamos.
¿Nadie hizo trampas?
Los romanos eran unos buenos tramposos, no se fiaban de sus
contrincantes a la hora de lanzar los dados y por eso inventaron las
"turriculae",las torres de dados. Consistía en una pequeña caja de
bronce o madera abierta por arriba que servía de canal para los dados que
salían por la base. Algunas incluían también escalones interiores para aumentar
la limpieza en el juego. En la torre de la imagen, datada en el siglo IV d.C.que se encuentras
en el Landes Museum de Bonn, aparecen unas palabras que incitan al juego:
"Pictos victos, hostis deleta; ludite securi", que significa "
Vencidos los pictos,destruido el enemigo; jugad tranquilos".
Picto es el gentilicio de un pueblo que hacia el año 1.000 a.C se
estableció entre Escocia e Irlanda.
Sin embargo, nosotros podemos presumir de no haber copiado esta
costumbre, hemos respetado los turnos de juego, disfrutado con la victoria y
aceptado la derrota.
Esta actividad no habría sido posible sin la colaboración de: